Desde la antigüedad diversas civilizaciones han hecho uso del tatuaje con finalidad artística o mágico-religiosa, aunque también ha tenido connotaciones negativas relacionándose con el mundo del crimen, la prostitución y la esclavitud. En los últimos años se ha observado una creciente demanda del tatuaje artístico o cosmético de manera que uno de cada cuatro europeos, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, tiene, al menos, un tatuaje o se ha realizado un tratamiento de micropigmentación.

Se calcula que en Europa sesenta millones de personas se realizan tatuajes o técnicas de micropigmentación y aproximadamente el 32% de la población de los Estados Unidos tiene por lo menos un tatuaje. A medida que aumenta la realización de tatuajes, también lo hace el número de complicaciones relacionadas con los mismos, por lo que el tema cobra importancia en el aspecto sanitario.

A pesar de la aceptación social que el tatuaje tiene en la actualidad, aún persisten prejuicios a los que se suman circunstancias como la cualificación de los profesionales que los realizan, la regulación de los productos que se utilizan y el consentimiento de los menores para realizarse estas técnicas.

Abordar todas estas situaciones permite aportar las garantías necesarias para una mayor seguridad de los usuarios.

Un símbolo cargado de significado

El términotatuaje” tiene sus raíces en la palabra tahitiana “tattau”, que significa “marcar” y se define como el procedimiento de implantar gránulos de pigmento permanentes a nivel de la dermis. Puede ser con finalidad ritual, cuando celebramos un éxito o lloramos un fracaso, por protección o curación, por cuestiones de identidad, o con una función decorativa.

El hecho de utilizar la piel como un lienzo para manifestarse se convierte en una nueva opción para guardar memoria de algo y como relato biográfico.

El carácter permanente del tatuaje obedece a la necesidad de que sea visualizado por todos los miembros de la sociedad, sea como distintivo social, religioso o decorativo, por lo que la mayoría de los tatuados son sujetos adultos, aunque en algunas culturas también se tatuaban niños.

La práctica del tatuaje se ha descripto en todos los continentes, aunque su significado varía según la época y región, acompañando la historia de la humanidad desde su origen. En la actualidad podría incluirse dentro de la cultura de la modificación del cuerpo que caracteriza el siglo XXI y en la cual el cuerpo es asumido como un proyecto individual en el que cada uno –dueño de su propio cuerpo- puede realizar modificaciones por moda, aspectos artísticos, historia biográfica-, pudiendo llegar hasta lo grotesco con el propósito de alcanzar una singularidad personal.

Riesgos y consideraciones sanitarias

Se han descripto potenciales riesgos para la salud relacionados con los tatuajes, tales como inflamación, reacciones de inmunidad a los pigmentos y la transmisión de enfermedades infecciosas (tétanos, hepatitis y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) por medio de agujas infectadas. Estos riesgos deben ser informados a los usuarios y llevar a cabo estos procedimientos en centros autorizados para minimizar el riesgo de complicaciones.

En general, los tatuajes son seguros si se realizan en condiciones adecuadas de higiene y con materiales de calidad. Sin embargo, es importante conocer algunos aspectos relacionados con la salud:

Factores clave para la seguridad de un tatuaje:

  1. Tinta y materiales: Las tintas de calidad deben cumplir con normativas de seguridad, pero algunas pueden contener metales pesados o sustancias químicas que podrían causar reacciones alérgicas o sensibilización.
  2. Higiene del estudio: Un estudio que siga protocolos estrictos de esterilización y use agujas desechables minimiza el riesgo de infecciones.
  3. Reacciones alérgicas: Aunque son poco comunes, algunas personas pueden desarrollar alergias a ciertos pigmentos, especialmente los rojos.
  4. Infecciones: Si no se cuida adecuadamente, un tatuaje puede ser puerta de entrada para infecciones bacterianas o incluso enfermedades transmitidas por sangre, como hepatitis o VIH, si no se usan materiales estériles.
  5. Interacción con tratamientos médicos: En casos de resonancias magnéticas, algunas tintas metálicas pueden generar molestias o interferencias (aunque esto es raro).

Precauciones importantes:

  • Asegúrate de realizar el tatuaje en un lugar con buena reputación y licencias actualizadas.
  • Sigue las indicaciones de cuidado posteriores para evitar infecciones.
  • Consulta a un dermatólogo si tienes alguna condición cutánea previa o si experimentas reacciones inusuales tras el tatuaje.

Cuando se toman las precauciones adecuadas, los tatuajes son seguros para la mayoría de las personas. Sin embargo, siempre es buena idea informarte y tomar decisiones responsables.

Autora: Emilce Insua Nipoti: Doctora en Medicina y Cirugía. Médico estético. Experta en Comunicación Pública, Divulgación de la Ciencia y Asesoramiento Científico por la Universidad Autónoma de Madrid.