La información sobre alimentación y nutrición está presente en redes y medios de comunicación, pero muchas veces sin base científica fiable. Esto fomenta la aparición de mitos y modas alimentarias que pueden confundir y llevar a la toma de decisiones poco saludables.
Una de las principales limitaciones de las “dietas de moda” es la dificultad para llevarlas a cabo durante largos periodos, por ello, lo aconsejable es adquirir un “patrón de alimentación saludable” y adaptado para cada época de la vida.
Una dieta variada y la moderación en la ingesta de alimentos, sin eliminar grupos de alimentos ni imponiendo reglas rígidas permite mantener una dieta saludable y un equilibrio sostenible.
Cualquier dieta restrictiva tiene limitaciones y riesgos. En relación con el ayuno intermitente se ha observado que ayudar a perder peso, pero es difícil de mantener a largo plazo; tampoco se recomienda durante el embarazo o en personas mayores.
Uno de los más recientes estudios concluyó que no ofrecía beneficios adicionales en la pérdida de peso frente a dietas convencionales y tampoco mejoraba el rendimiento deportivo de larga duración.
La evidencia científica sugiere mantener el equilibrio metabólico antes que la obtención de resultados rápidos, ya que los planes extremos suelen comprometer la salud en general.
Las guías de la OMS y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) coinciden en priorizar la ingesta de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales y proteínas magras. Reducir la sal, las grasas saturadas y azúcares añadidos. Evitar el alcohol y las bebidas azucaradas y beber agua como principal bebida, así como controlar el tamaño de las porciones.
Adaptar estos principios a la gastronomía local también favorece la incorporación de productos propios de cada región y contribuye a disminuir el impacto medioambiental.


Emilce Insua
Puesto
Doctora en Medicina y Cirugía. Médico estético. Experta en Comunicación Pública, Divulgación de la Ciencia y Asesoramiento Científico por la Universidad Autónoma de Madrid.