El mercado mundial de tratamiento de las varices se espera que crezca a una tasa de crecimiento anual del 6,5% hasta el año 2032, para ese año, se prevé que el mercado alcance los USD 1.2 mil millones, impulsado por los procedimientos mínimamente invasivos para su tratamiento.

Las enfermedades venosas son, después de la caries, las más frecuentes en el ser humano y tratándose de una enfermedad crónica con un gran componente genético, es imprescindible realizar un diagnóstico adecuado para conocer el estadio clínico de la enfermedad venosa según la clasificación CEAP.  Lamentablemente, en las redes circulan muchos bulos sobre las varices y muchos desconocen que las varices son una manifestación de la enfermedad venosa crónica (EVC). 

¿Qué son las varices?

Una variz es una vena superficial dilatada de forma permanente por lo que no cumple eficazmente su función de asegurar el retorno de la sangre venosa hacia el corazón. Las venas de los miembros inferiores presentan en su interior unas delicadas estructuras que funcionan a manera de noria, evitando que la sangre refluya cuando estamos de pie. 

Además, existen otros mecanismos que facilitan el retorno de la circulación venosa como la llamada “bomba planto gemelar” especie de corazón periférico que impulsa la sangre de manera centrípeta hacia el corazón cuando caminamos.

La sangre arterial propulsada por el corazón hacia las extremidades inferiores disminuye su presión a medida que se acerca a las zonas distales del cuerpo; a esto se suma la fuerza de la gravedad que favorece el estancamiento en las zonas anatómicas próximas al suelo, como son el tobillo y la planta del pie que dificultan el retorno venoso. Un mal apoyo plantar y el sedentarismo son factores agravantes que pueden ocasionar síntomas de pesadez, cansancio y edema de los miembros.

Además, la inmovilidad prolongada como la que se produce en viajes de larga duración puede ocasionar el síndrome de la clase turista o trombosis del viajero, que cursa con obstrucción del sistema venoso profundo por la formación de coágulos debidos a la estasis venosa. Estudios recientes avalan la importancia de caminar al menos 15 a 20 pasos por cada hora de permanencia en bipedestación o sentado.

El déficit del retorno venoso puede estar afectado por varices primarias, de causa genética o ser ocasionado por otros factores como trombosis venosas profundas o malformaciones venosas. 

La obesidad, el sedentarismo, la edad y las alteraciones del apoyo plantar, entre otros factores pueden ocasionar síntomas de pesadez e hinchazón de los miembros inferiores con o sin varices visibles. 

En cuanto a las telangiectasias o vénulas superficiales que miden hasta 1 mm, pueden presentarse en más del 80% de las mujeres. No siempre están asociadas a reflujos venosos tronculares sino ocasionar malestar estético. 

La ecografía Doppler es indispensable para el diagnóstico e indicación de tratamiento.

La EVC empeora en verano, porque la forma de regular el calor corporal, entre otras, es la dilatación venosa, mecanismo que contribuye a disipar el calor, por ello, métodos como duchas frías, baños de mar o masajes con cremas de efecto frio pueden mejorar los síntomas durante el periodo estival.

La escleroterapia química o la foto esclerosis con láser se encuentran entre las terapias más aceptadas por los excelentes resultados estéticos.

Emilce Insua

Emilce Insua

Puesto

Doctora en Medicina y Cirugía. Médico estético. Experta en Comunicación Pública, Divulgación de la Ciencia y Asesoramiento Científico por la Universidad Autónoma de Madrid.